«No confundas, jinete, el galopar del caballo con los latidos de tu propio corazón.»
Proverbio chino.
Nosotros no somos únicamente nuestra mente, nuestro cuerpo o nuestras emociones. Todo esto son herramientas de las que disponemos para poder desenvolvernos en este medio en el que vivimos y con esta forma. Son «utilidades» a nuestro servicio, pero no las que llevan el timón. Somos esencia y es ella la que ha de dirigir la máquina y no viceversa. Muchas veces nos llegamos a identificar tanto con nuestra forma material, con nuestros pensamientos o con nuestros sentimientos, que nos mimetizamos con alguno o varios de estos y llegamos a «convertirnos» de alguna manera en ellos. Olvidamos quiénes somos y no actuamos conforme a nuestra verdadera esencia, que es luz. Obsérvate sin juzgarte; hazte de algún modo consciente de tus pautas, de lo que piensas y sientes a cada momento, tanto física como emocionalmente. Al observar sin juzgar, simplemente desde la posición de espectador, te haces consciente y comienzas a dejar a tu ego en el lugar correspondiente, que no es, de ningún modo, el lugar más elevado en ti.
Raquel García García.
Esto es verdad, hay que mirarse desde afuera de uno, ya lo habia olvidado,da muchos resultados y mejora la calidad de pensamientos ….gracias
Sí Gabriela, ocurre que muchas veces estamos tan metidos en el ritmo diario, que nos olvidamos de pautas que ya hemos aprendido y que resultan altamente beneficiosas para nosotros mismos. Todo día es un buen momento para retomarlas. :). Gracias a ti y bienvenida al blog.
me gustaría que especifiques, que es la verdadera LUZ, y como se vive dentro de ella…
Tú eres luz, todos los somos en realidad, la llevamos dentro; provenimos de ella. Vivir en la luz es vivir desde el amor; desde tu verdadera esencia, amándote a ti misma y a todo lo que te rodea anclándote en el momento presente y no dejándote llevar por la vorágine de pensamientos y el torbellino de emociones que nos abruma cada día; es ser conscientes. Todos tenemos un ego que suele alimentarse de eso precisamente; un ego al que le da pánico perder la identidad; no saber quién es y para ello se identifica con papeles, con roles y con patrones de conducta. Cuando decimos «yo soy…» la mayoría de las veces estamos hablando por nuestro ego. En muchísimas ocasiones, nisiquiera somos conscientes de que nuestro diálogo interno es el que ha tomado las riendas de nuestro barco y es quien nos conduce a esta o aquella conducta. Todo lo que nos enseñaron de pequeños (ideas sobre nosotros mismos, creencias que consideramos «verdades», patrones de conducta de nuestros padres y la gente que nos rodeaba), hechos del pasado que ya no existen o proyecciones del futuro que tampoco son reales en este momento, etc. influyen en nuestro comportamiento actual, porque si no nos hacemos conscientes de ello, seguimos alimentando esas ideas, creencias y conductas. El momento presente es el único que existe y, aunque somos en cierto modo seres individuales, todos provenimos de la misma esencia, así que el camino no es autocastigarnos, culpar a otros, castigar a otros, maltratar la Tierra que nos da sustento y hogar. El camino es el amor a todo y a todos y de ahí el perdón, el autoconocimiento, la autoestima y muchos otros valores que de él provienen. Como decía en el texto, la autoobservación es una herramienta muy poderosa para empezar a disolver el ego (o, al menos, convivir con él con más harmonía) y llegar a ser más conscientes cada día. Hay también otras que poco a poco iré señalando en este blog. Te recomiendo que leas el post «Las dos maneras de vivir», ahí se explican varias cosas. Espero haber resuelto tu duda, al menos en parte. Para cualquier otra consulta, aquí estaré o también puedes encontrarme en facebook. Un gran abrazo de luz y bienvenida!
Raquel estoy leyendo todas estas cosas que pones y estoy emocionado y orgulloso de conocerte
Muchísimas gracias a ti, Marcos. Me llena de gratitud poder compartir mi camino con personas como tú. 🙂 Bienvenido al blog! Me alegro mucho de que te haya llegado al alma. Un inmenso abrazo de luz 🙂